domingo, 22 de mayo de 2011

Fantasmas

Los fantasmas de uno mismo pueden convertirse en la carga más pesada. Es hora de deshacerse de ellos. De tomar las riendas. De luchar. De disfrutar. De querer por querer, sin esperar que te quieran. Sin temer que te quieran. Es el momento de dejar de tomar decisiones, de cerrar los ojos y que el alma te guíe en tu camino. Es ahora, ahora o nunca. Y nunca es demasiado tiempo. Liberarte, soltarte, relajarte, apasionarte. Apasionarte de verdad por todo, pero esta vez que por todo no se convierta en por nada. Que el vacío se llene, que la oscuridad se aclare, que los secretos no duelan y la verdades no amarguen. Que el silencio se vuelva paz y desaparezca la incomodidad de la vida. Y fijarse en el sol, que cada mañana lucha con las nubes por ocupar tu cielo, y mi cielo y el de todos. Porque todos somos un mismo ser, un ente que palpita y sangra y lucha y hiere y muere por amor, aunque lo calle, aunque no tenga valor para luchar y priorice de diferente forma su vida. Ha llegado el momento, los tambores retumban a lo lejos y se acercan peligrosamente rápido. Sonríe, sonríele a un mundo que llora sin parar y conviértelo en un lugar más bello. Y recuerda, recuerda siempre, princesa, que eres tú contra el mundo, pero que tú también formas parte del mundo...

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