lunes, 9 de noviembre de 2009

Pedacitos de cielo

Una frase, una mirada, una sensación, una fotografía,... un recuerdo. Un recuerdo que el paso del tiempo ha teñido de melancolía y añoranza, de cariño, de estómagos revueltos. Un recuerdo que no es la imagen del momento pasado, sino lo que querríamos que hubiese sido. Un trocito de aquel todo que en otro momento nos abrumaba y que ahora se reduce a instantáneas, a fragmentos de realidad entre los que elegimos: este es importante, este me gusta, este me hace llorar. El resto, el resto es paja y yerba seca que ha quedado amontonada, lista para arder y desaparecer para siempre.

Recuerdos, pedacitos de pasado modelados a gusto del consumidor.



Revisando viejas "creaciones" me tope con esta imagen. Buscaba algo concreto, un detalle que utilizar en otra de mis fantasías plásticas, pero quedé sumergida irremediablemente en un mar de sensaciones azul rosado. Y sobre todo lo demás, como una nube, como un volcán, como un torbellino que me removió de arriba abajo, el recuerdo de aquella tarde me trajo de nuevo la ilusión, la alegría y la tonta inocencia que ese paraguas chino despertó en mi aquella tarde.

Es increíble lo que un detalle, un gesto, una palabra, puede llegar a significar para nosotros. Aquel 17 de mayo mi sonrisa estuvo alimentada por muchos de esos detalles. Pero sé, sin lugar a dudas, que ese paraguas que debería haberme enfadado, aunque en broma, es uno de los motivos principales por los que aún lo recuerdo con tanto cariño, con esa sensación de vértigo que nos producen los momentos que han sido determinantes en nuestras vidas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario